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Deberíamos verlo desde el punto de vista opuesto: celebrar las diferencias, tratar de aprender algo de ellas y crecer gracias a ellas. Si nos centramos en las dos generaciones más distantes por edad, las personas mayores y los más jóvenes de la familia, encontramos situaciones que pueden ser muy positivas para ambos y en este blog escribir queremos sobre el papel que juegan nuestros mayores en la vida de los más jóvenes y reflexionar sobre todo lo que podemos aprender unos de otros. Hoy en día, los jóvenes ya ven a sus padres y madres como personas muy ajenas a su manera de ver la vida. Con los/as abuelos/as, las discrepancias todavía se hacen más relevantes. Los jóvenes se han alejado muchísimo de ellos/as perdiendo incluso el respeto, en los casos más extremos. Hace algunas décadas esto no ocurría así. Siempre se tenía a las personas mayores como las más sabias de la familia, se les pedía consejo y opinión y se valoraba su trayectoria de vida para seguir su ejemplo y tomar una decisión acertada. Por eso, queremos reconocer aquellas fortalezas que tienen nuestros mayores y que los más jóvenes de la casa deberían tener en cuenta.Fortalezas psicológicas de las personas mayores
Las fortalezas psicológicas son aquellas virtudes, talentos y actitudes que tenemos de forma intrínseca todas las personas. Son inherentes al ser humano y cada persona tiene unas más desarrolladas que otras. Según la etapa de la vida en la que nos encontramos, tenemos unas fortalezas más desarrolladas que otras. Éstas mejoran nuestro rendimiento ante la vida, aumentan nuestra felicidad y nos ayudan a poder afrontar todas las circunstancias que la vida nos presenta. Son características positivas de la personalidad y es un enfoque hacia el positivismo que adquirió la psicología a partir de finales de la década de los noventa. Previamente, solo se estudiaban las patologías, carencias y las emociones negativas. En el 2004 los psicólogos Peterson y Seligman resumieron en el siguiente esquema estas fortalezas psicológicas para confirmar su importancia en el estudio de las emociones de las personas:
- Valentía: las personas mayores, pese a los impedimentos físicos que puedan tener, siempre actuará con decisión y convicción ante la vida. Han vivido tantas situaciones diferentes que no tiene miedo ante las cosas. Te dicen “yo ya lo he visto todo!” a modo de seguridad ante lo que pueda venir.
- Integridad y honestidad: así como los jóvenes, en algunos casos, aparentan y fingen ser como no son, los mayores viven de acuerdo a sus valores personales y sus convicciones. Responsabilizándose de quién son y qué hacen. Los jóvenes deberían aprender más pronto que tarde esta capacidad de decidir cómo queremos ser y mantenerlo firme frente a todo.
- Perdón y compasión: con los años las personas aprenden a no mantener dentro sentimientos de rencor. Es más liberador perdonar y seguir adelante. A lo largo de los años, las personas lo asumen más fácilmente.
- Amor en todas sus formas: es una fortaleza que nos llena y nos realiza. Eric Fromm (1956) definió cuatro elementos que describen las distintas formas de amor: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. Estaremos de acuerdo en que las personas mayores se desviven por sus hijos/as y, más aun, por sus nietos/as. Mientras que los jóvenes no muestran cuando alguien les importa para no mostrar debilidad ante los demás. Querer a los demás nos hace bien a nosotros y hace bien a las personas queridas.
- Sentido del humor: las personas mayores utilizan el sentido del humor para relativizar los problemas que les ocurren. Es una manera de alienarse de lo negativo del envejecimiento. Se ríen de sus propias carencias, sus dolores y sus descuidos. Los jóvenes deberían también usar el humor para ver que aquel problema que tienen no es el fin del mundo.
- Perspectiva: los años nos dejan enfoques, puntos de vista, reflexiones que van modificándose con el transcurso de la vida y todo esto nos da perspectiva ante la vida para comprender y afrontar todo lo que ocurra. Las personas mayores acumulan más años y más puntos de vista que pueden compartir con los jóvenes de la familia.
- Gratitud: siempre escucharas que los/as mayores agradecen todas aquellas pequeñas cosas de la vida. Un rayo de sol en el banco donde se sientan, el descansar en su butaca favorita, el abrazo de un nieto, la charla amistosa con las compañeras del centro de jubilados, etc. Los/as jóvenes de la casa deberían aprender cuanto antes a agradecer y aprovechar todo lo inmaterial de la vida.
- Perseverancia: es para aplaudir la insistencia de las personas mayores en conseguir lo que se proponen aunque les cueste. Ya sean actividades físicas o cognitivas, son personas que insisten y buscan mejorar sus habilidades. Cada logro conseguido, por pequeño que sea, les reporta una gran satisfacción. Al contrario que los jóvenes que muchas veces desisten a la primera cuando la situación se les complica. Son mucho más volátiles que las personas mayores.
- Sabiduría: esta fortaleza ha sido protagonista de muchos estudios a lo largo de las últimas décadas. Existen muchas definiciones y nosotros nos quedaremos con la de describe la sabiduría como el hecho de tener todas las herramientas para saber salir adelante ante cualquier situación. No hablamos de sabiduría académica sino de destrezas sociales, relacionales y emocionales ante la vida. Una persona que no estudió nunca en la escuela puede ser muy sabia en su contexto y su realidad por saber siempre cómo comportarse, cómo expresarse y saber elegir el camino correcto a seguir. Esta sabiduría es la que deben compartir los mayores con sus nietos y nietas.